miércoles, 27 de julio de 2011

AQUÍ VAMOS CON LA PROBLEMÁTICA....







En base a nuestra  la experiencia personal como alumnos de Derecho y actualmente abogados, nos hemos interesado en este Magister precisamente para abordar la problemática de las falencias en el Método de Enseñanza del Derecho que histórica y tradicionalmente ha sido sólo INFORMATIVO, CONDUCTISTA Y TEÓRICO. Por lo tanto el alumno se vuelve un ente pasivo y receptivo frente a una educación no centrada en competencias profesionales, sino en la retención de contenidos no integrados, con carencia de destrezas prácticas y de resolución de conflictos, unido a la precariedad de los instrumentos de evaluación existentes, redundando en un profesional que debe aprender la carrera “por segunda vez” en la práctica y no en las aulas universitarias, es decir no existe en el aprendizaje de los alumnos de Derecho, un aprendizaje real y sobre todo significativo. Así, el profesor y Director de la Escuela de Derecho de la Universidad Católica de Temuco, que comparte nuestra preocupación por la problemática,  sostiene en su ensayo “El Ocaso del profesor Binns. Un ensayo acerca de la enseñanza del Derecho en Chile “la manera habitual de enfrentar la enseñanza del Derecho en nuestro país presenta fuertes deficiencias….relacionadas con los currículos, metodología de enseñanza y mecanismos de evaluación…”. Por tanto es un problema tremendamente contingente que las Escuela de Derecho no han podido, y como esperamos demostrar “no han querido” hacerle frente de manera eficaz.



1 comentario:

  1. Hay dos elementos importantes a considerar en términos de lograr un avance significativo en la enseñanza del derecho (y yo debo saberlo, ya que tengo más de una década estudiandolo y dos universidades a la espalda):
    Primero, analizar de modo crítico qué clase de profesores estamos poniendo frente a los alumnos en las aulas. Hay demasiados "lectores de manuales" en el campo de la enseñanza del derecho. ¿Se requiere investigación para ser buen docente? Por supuesto que si, puesto que no necesitamos personas que sirvan de transmisores del conocimiento del autor de un libro. Asi bien podríamos entregar el libro a los alumnos y luego evaluar su comprensión lectora.
    Segundo, establecer currículos de enseñanza en base a qué competencias deseamos desarrollar en los alumnos. En el mundo moderno la especializacón (aunque en lo personal no me gusta), es necesaria, y si pretendemos formar a un litigante de la misma manera que a un docente estamos siendo, al menos, ingenuos. El derecho es un universo en constante expansión, y el abogado-maestro chasquilla lentamente va a demostrar más y más incapacidad para entregar soluciones prontas y satisfactorias a sus clientes.

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